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Enrique Amarante Director de la Escuela de Fútbol Argentino www.elpotrero.com.ar

agosto 04, 2006

NOTICIAS DEL FÚTBOL MENDOCINO

CAMPEONATO MENDOSUR APERTURA 2006

HURACÁN DE SAN RAFAEL - MZA
ESTADIO: LAS PAREDES(SR)
ARBITRO: MARTINEZ (SR)
PÚBLICO:1200

HURACAN DE SR - (MZA) - 1 -SPORTIVO
CLUB QUIROGA: (SR MZA) - 0 -
GOL: ST 19Min - CERDA (SRFM)
EL GLOBO MANEJO LA MITAD DE LA CANCHA. DEJO MEJOR IMAGEN. ESTA EN EL TORNEO DEL INTERIOR
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NOTA DE LUIS RUGGERO DE MENDOZA

Jueves, 3 de agosto de 2006.

- GUTIERREZ S.C. - DE MZA CAMPEÓN DE APERTURA-LIGA MENDOCINA DE FUTBOL 2006.
EL PERRO LO MORDIO AL LOBO
ESTADIO ATLETICO SAN MARTIN DE MENDOZA.
ARBITRO NAVARRO (MZA)
GUTIERREZ.S.C. 2. - GIMNACIA Y ESGRIMA-
GOLEA:PT. 12 - Min. BALDACCINNI. - (GYE) - MACIAS (38 - 2º T 17 BAZAN(G)







LUIS RUGGERO

agosto 03, 2006

HISTORIAS DE SUPERDOTADOS Y FANÁTICOS

FORMULA UNO INTERNACIONAL

Historias de superdotados y de fanáticos


Por Carlos R. Capdevila


La carrera disputada el 30 de julio de 2006 en Hockenheim me provocó dos reflexiones profundas, aunque diferentes. La primera --en la pista-- fue la contundente confirmación de que Michael Schumacher y Fernando Alonso están separados por una generación (12 años exactamente) pero unidos por esa poco común condición de superdotados que ambos poseen. La segunda --en las tribunas-- el fanatismo de los alemanes por el heptacampeón del mundo, por sobre cualquier otra consideración de patriotismo en cuanto a la marca de automóvil, circunstancia que comprobé personalmente hace siete años en Frankfurt y recordé al advertir el desenfrenado entusiasmo de los aficionados alemanes tras el triunfo de su ídolo.

Acerca del piloto de Ferrari, poco puede agregarse ya que remontó un año 2005 muy malo para la casa de Maranello. No se amilanó, luchó en los circuitos y también junto a los responsables técnicos del auto para superar la frustración de un trance adverso. Advirtió que en Renault se había producido la misma conjunción que el mismo Schumacher disfrutó en su momento (auto-hombre) y logró sobreponerse, pelear de igual a igual y aún volver a lograr la hegemonía que hoy disfruta.

El mérito se magnifica porque está luchando contra el rival más enconado que le tocó enfrentar, más aún que las temibles flechas de plata de Mika Hakkinen y David Coulthard. También porque es un rey consagrado y en su condición es más que difícil aceptar las reglas de juego desde un plano secundario y remar con fuerza e inteligencia para revertir la situación.

Fernando Alonso, por su parte, está demostrando que tiene las mismas singulares dotes conductivas e inteligencia que Schumacher. Es cierto que se apoya en un elemento mecánico excepcional ya que su motor no defeccionó en ninguna de las carreras disputadas en este año 2006, pero el asturiano pone mucho de su parte para que los resultados sean los que lo mantienen al tope del campeonato mundial de conductores. Lo hace si es el más rápido y también si –como en Hockenheim— le cabe conducir con desesperación, lejos de la vanguardia y perdiendo un segundo por vuelta.

Aprovecha todo lo bueno y se defiende como un león herido si las circunstancias están lejos de ser las ideales.

Este domingo de Hockenheim, aunque suene peyorativo para el resto de los pilotos, volvió a quedar claramente expuesto que Schumacher y Alonso son dos fuera de serie que, además, van a trascender en el tiempo. No me quedan dudas, pese a que la experiencia que acumula en su carrera el alemán puede ser el granito de arena que incline a su favor el fiel de la balanza, si hilamos muy fino.

Los alemanes y Schumacher

Corría mayo de 1999 y culminábamos con mi esposa un lindo viaje que nos había llevado a Viena, Budapest, Praga, Dresde y Berlín, entre otros lugares. Una mañana de domingo paseábamos distraídamente por Frankfurt, haciendo tiempo para tomar un vuelo a París por la tarde, cuando sorpresivamente, en pleno centro comercial de la ciudad, nos encontramos con un amplio espacio cerrado magníficamente decorado por el entonces patrocinante del equipo McLaren-Mercedes Benz.

Hermosas señoritas atendían el local en el que se destacaban pantallas gigantes, souvenirs, equipos de competición del color negro y plateado y se respiraba un entorno inequívocamente de Fórmula Uno. Y si bien los tiempos de vacaciones alejan al ser humano de sus hábitos y costumbres, el hallazgo fue más fuerte para un fanático de la Fórmula Uno y allí recalamos muy contentos.

Llegamos minutos antes de que se iniciara la carrera de Mónaco de ese año y para un argentino, compulsivamente patriotero en casi todos los deportes, la imagen que caía de madura era la de estar en el ámbito propicio para los fanáticos de la estrella de Stutgart. Nos sentíamos casi como en el núcleo de los fanáticos de Mercedes Benz.

Tras tomar ubicación, demandar bebidas y cruzar algunos comentarios, mi esposa y yo quedamos estupefactos cuando al aparecer Michael Schumacher en pantalla, sentándose en el cockpit del Ferrari rojo, los asistentes al local estallaron en gritos y aplausos. Casi como cualquier barrabrava de estas latitudes, y sin considerar en absoluto que estaban sentaditos en terrenos del adversario.

Avanzada la carrera, como en cualquier lugar del mundo, se iniciaron los comentarios. Esas inefables expresiones en las que cada uno aporta su óptica sobre un acontecimiento con lo que la creencia generalizada es que así “nos enriquecemos” (¿?). De esta manera comprobé que “toda Alemania” es fanática de Schumacher.

Nadie tiene en cuenta las marcas Mercedes Benz y BMW. La sangre puede más y no importa lo que pueda ocurrir dentro de los equipos de las dos tradicionales marcas, porque comprobé que Michael Schumacher y Ferrari son leyenda viviente, indiscutida y nada cambiará ese estado de cosas.

Quedamos sorprendidos, realmente, y la conmoción continuó cuando al regresar el hotel para retirar el equipaje, una algarabía contrastante con la habitual calma reinaba en el bar del moderno establecimiento. Los fanáticos alemanes estaban celebrando el triunfo que Schumacher había enhebrado en el Principado, en Montecarlo.

Los estudiosos de la historia, independientemente del devenir, sostienen que son pocos los elegidos que logran conmover a sus semejantes y consiguen atraer millones de seguidores en su país y en el mundo (algo mucho más difícil aún). La polarización se acentúa cuando el personaje en cuestión aparece en solitario en el firmamento, sin nadie que amenace con hacerle sombra.

Y aquí se unen las dos reflexiones de hoy, porque Fernando Alonso parece ser otro de esos iluminados. Y sin embargo, con alguien capacitado para desplazarlo, Michael Schumacher sigue brillando con intensidad.

Seguramente se avecinan tiempos para alquilar balcones en la Fórmula Uno Internacional. Asistimos a circunstancias excepcionales y eso debe hacernos sentir como privilegiados a los amantes de la Fórmula Uno. No se dude.